Por Klara J. Winkler y Kimberly A. Nicholas
Los paisajes de viñedos no solo proporcionan vino, sino también una variedad de beneficios que los residentes y visitantes valoran. Dichos paisajes funcionan como hitos de las áreas donde se encuentran ubicados, atraen visitantes, inspiran el arte, sirven como lugares para actividades espirituales, tales como bodas, crean identidad local, y representan el patrimonio cultural y las tradiciones. Estos aspectos son considerados como servicios ecosistémicos culturales: las múltiples formas de disfrute y satisfacción que nos brinda la naturaleza, además de proporcionar materiales básicos como alimentos y agua, y funciones esenciales como la regulación del clima.
Todo el mundo ha experimentado este beneficio cultural que brinda la naturaleza, desde un niño alegremente salpicándose en un charco, hasta grandes escritores y artistas inspirados por su entorno natural. Sin embargo, estos beneficios pueden ser difíciles de medir, y hasta ahora, ningún estudio ha evaluado de manera comprehensiva los beneficios no económicos de paisajes de viñedos.
Nuestro nuevo estudio, que forma parte del proyecto de investigación europeo OPERAS, es el primero en medir estos valores en Sonoma y Napa, California, y en el sudeste de Inglaterra, encontrando que los productores de vino y los residentes pueden ser identificados en distintos grupos en función de valores y preferencias ampliamente variables frente al paisaje de viñedo que los rodea.
Para revelar estos valores, encuestamos a los residentes y los productores de vino, y les pedimos que ordenaran diversas afirmaciones que representan diferentes servicios ecosistémicos culturales proporcionados por los viñedos. Las afirmaciones fueron tomadas de las páginas web de los productores de vino y de la literatura académica, utilizando un método llamado Metodología-Q. Como resultado, emergieron ocho puntos de vista dominantes sobre los paisajes de viñedos (Tabla 1).
Tras comparar las regiones, concluimos que en ocasiones los viñedos representan un desarrollo indeseado para los residentes ingleses, quienes valoran la conservación del uso actual de la tierra (Tabla 1), mientras que en California dichos paisajes pueden representar la conservación de la naturaleza y la tradición. En Inglaterra, los productores de vino se centran en su interacción profesional con el paisaje a través de la ciencia o la experiencia de la producción de vino, y en general son más positivos frente a los paisajes de viñedos que los residentes (Tabla 1). Los productores de vino en California, agrupados bajo la perspectiva de Trdición, valoran los servicios ecosistémicos culturales que están directamente relacionadoscon la producción de vino, tales como la singularidad del vino y el paisaje del viñedo, mientras que los residentes hacen hincapié en los beneficios de conservarla naturaleza en los viñedos y el turismo del vino, o las oportunidades de entretenimiento en la región
Adicionalmente, se encontró que los productores de vino y los residentes locales asignan valores diferentes a los paisajes de viñedos. Por ejemplo, los productores de vino californianos valoran mucho el sabor particular o el Terroir del vino en su región (Figura 1), y se ven a sí mismos como guardianes de una tradición que debe ser conservada para el futuro. Por el contrario, muchos residentes locales prefieren los servicios que sobrepasan la producción de vino directa, y que están enmarcados en los paisajes de viñedos: por ejemplo, actividades de entretenimiento, como catas de vino, festivales, o paseos en globo (Figura 1). También disfrutan de la estética de los paisajes de viñedos y de aspectos educativos como los toures de vino. Esto demuestra que la experiencia personal en el paisaje y su uso diario, moldean la forma como éste es valorado, y también que esos valores pueden cambiar con el tiempo.
Tabla 1. Ocho puntos de vista sobre los paisajes de viñedos identificados a partir de los productores de vino y los residentes del sudeste de Inglaterra (Reino Unido) y California y Napa, California (CA), encuestados en este estudio. Las perspectivas fueron identificadas a partir de un análisis estadístico de las clasificación del acuerdo de los participantes con 44 afirmaciones que representan 11 clases de servicios ecosistémicos (señalados con color). El nombre de cada punto de vista se acuñó sobre la base de las características clave que lo componen.
Figura 1. Un ejemplo de dos de los ocho puntos de vista que hemos identificado para los residentes locales y los productores de vino de esta investigación, basados en el análisis de las respuestas de los participantes a una encuesta en la que ordenaban distintas afirmaciones extraídas de la literatura académica y de los sitios web de productores de vino, acerca de los servicios ecosistémicos culturales de los viñedos. Cada trozo de la torta representa la fuerza con la que cada perspectiva valoró ese servicio ecosistémico cultural. Los productores de California sostuvieron la perspectiva del "Terroir", y valoraron fuertemente el legado (a generaciones futuras), las actividades experienciales y educativas, reconociendo poco valor para el entretenimiento. La afirmación con mayor puntuación en esta perspectiva fue "El vino debe ser un poco como una huella digital tomada de la tierra-- una expresión única de lo que la vid puede lograr." Los residentes de California sostuvieron la perspectiva del entretenimiento, valorando beneficios como el turismo y el entretenimiento. En este caso, la afirmación con mayor puntuación fue: “Los viñedos atraen actividades de entretenimiento valiosas tales como los festivales y los paseos en globo.
Este estudio proporciona un marco para que los gobiernos locales y los viticultores locales utilicen cuando se considere el cambio en el uso del suelo. Hemos demostrado que la gente prefiere diferentes servicios de viñedos, y por lo tanto tienen diferentes exigencias frente al paisaje, en función de sus experiencias personales y su contexto local. Por lo tanto, las decisiones gubernamentales y de gestión de los viñedos no afectan solamente a las uvas, sino también a las comunidades locales. Cuando se cambia el uso de las tierras agrícolas, los administradores de tierras deben tener en cuenta los valores locales y cómo las personas que viven en la zona están conectadas culturalmente al paisaje.